Con el paso de los años, el cine de
Pedro Almodóvar más que en una obra artística abierta se ha transformado en una
religión a profesar. Ante Los amantes
pasajeros, sus creyentes más fieles y devotos exprimen su inteligencia,
invierten la lógica y recurren a argumentaciones fabulosas para justificar lo
injustificable, revertir lo irrevertible, disimular lo indisimulable: que la
película de tan regular es tirando a malísima. Uno de sus fervorosos creyentes
dice que el film es valioso por su fracaso, por lo quiere y no puede decir, por
sus torpezas y cortedades (¡!) Otro ensaya una especie de decálogo a cumplir
para que podamos disfrutarlo, algo así como abandonen toda esperanza de ser
entretenidos y entonces quizá no la pasen tan mal.
Lo siento, yo soy un agnóstico del
dios Almodóvar. Y como tal me libro de defender lo indefendible. Se supone que
esta película es un regreso a la comedia alocada. Y sí alocada es, pero de
comedia poco y nada. Por momentos es más triste que un entierro. Y es tan
ocurrente como tirarse un pedo en el baño. La historia de estos pasajeros en un
avión con el tren de aterrizaje averiado que da vueltas en el aire a la espera
de que alisten un aeropuerto en el que puedan bajar es una alegoría ramplona de
la España actual. Dicha alegoría es tan obvia que insulta. Los personajes son
refritos nada felices de otros que aparecieron antes (y más de una vez), las
situaciones son tan poco inspiradas que dan vergüencita, el playback de Pointer
Sisters huele a naftalina rancia y las “audacias” como el chiste de la droga en
el recto puede que en los ochenta fuera transgresor pero hoy no es más que mal
gusto.
Si son devotos de Almodóvar, descalifíquenme,
no me lleven el apunte, vayan y pásenla todo lo bien que puedan. Y después de
verla, si tienen ganas, hagan de cuenta que no es una película de Almodóvar
sino de un imitador del manchego y cuéntenme cómo les sale este pequeño
experimento. Lo peor que se le puede hacer a un creador es decirle que sigue
genial cuando ya no lo es. A mí en realidad ya no me importa, hace años que ya no
espero nada de Pedrito, pero si ustedes quieren que los vuelva a deslumbrar, no
sean indulgentes y díganle la verdad.
Un abrazo, Gustavo Monteros
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Nota: solo los miembros de este blog pueden publicar comentarios.