viernes, 17 de enero de 2014

Familia peligrosa




Confieso que disfruté cada minuto de Una familia peligrosa (The family / Malavita) por los motivos equivocados, quizá. Desde la razón, no sé si es una buena película, desde los sentimientos, sí, plenamente. ¿Debido a? Uno) Es un homenaje afectuoso a De Niro (nunca está de más ratificarle que aparte de admirarlo lo queremos) Dos) Michelle Pfeiffer.  Y Tres) Cierta poética justiciera.


Pero remitámonos primero al argumento para ver si los motivos antes esgrimidos tienen sentido (o no). Los Manzoni o los Blake son una familia típica peculiar, compuesta por papá De Niro, mamá Pfeiffer y dos hijos adolescentes Belle (Dianna Agron) y Warren (John D’Leo). Peculiar porque llegan a la Normandía francesa bajo el programa de protección de testigos, ya que papá De Niro fue un mafioso que se arrepintió y que mandó a la cárcel a cierto capomafia de lo más memorioso y vengativo. El oficial a cargo, Tommy Lee Jones, les recomienda que dejen los buenos o malos hábitos detrás porque no puede relocalizarlos eternamente. Sabemos entonces que estamos ante una comedia negra que se las trae.


Luc Besson (Subway, Nikita, El profesional, El quinto elemento, Juana de Arco) filma a De Niro desde la primera escena en plan homenaje. Quiere, y sabe cómo lograrlo, que el personaje de De Niro dialogue con el pasado del impar actor.  El homenaje se volverá explícito cuando papá De Niro se vea obligado a presentar en el cine club del pueblo a, cha cha cha chan, Buenos muchachos. El juego metalingüístico, metacinematográfico o metacinéfilo es un deleite para fanáticos irredentos del Bobby como yo.


Y si de deleites se trata, Michelle Pfeiffer es uno indiscutido. La chica es hermosa, deslumbrante incluso en su otoño, actúa bien y tiene un pasado glorioso. La dirigieron hombres sabios y fue partener entre otros de Al Pacino, George Clooney, Bruce Willis, John Travolta, los hermanos Bridges, Sean Penn, Sean Connery, Jack Nicholson, Harrison Ford, Johnny Depp, Robert Redford, Daniel Day Lewis, Mel Gibson, John Malkovich, Mathew Modine, Alec Baldwin, Jeff Goldblum, Rutger Hauer, Mathew Broderick, a propósito no consigno los títulos para que se diviertan recordándolos. Famosa por su inseguridad, injustificable, devuelve siempre a fuerza de talento y magnetismo el importe de la entrada, como Michael Caine con quien también actuó. Con De Niro estuvo en un par de films anteriores pero se cruzaban en la alfombra roja y no en escena. Se lo debían y nos lo debían. Y ahora pagan. Con creces. Hay química y es una fiesta verlos juntos.


Este pueblito en el que recalan los personajes, como buen pueblito, es un infierno grande. Lleno de maleducados, prepotentes e hipócritas. Harán mal en meterse con los Manzoni / Blake. Que tire la primera piedra el que no quisiera castigar a los maleducados, prepotentes e hipócritas a los que soportamos civilizadamente todos los días. Claro, jamás los castigamos, pero los Manzoni / Blake sí (y cómo). Tanto que  algunas retribuciones pueden parecer excesivas, no por eso, con culpa o sin ella, las gozamos menos. El placer vicario del cine que le dicen.
 
Un abrazo, Gustavo Monteros

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