Para la segunda jornada de mi festival LGBTQ+ comienzo
con Plynace wiezowce (Floating Skyscrapers / Rascacielos flotantes) de 2013, película
polaca escrita y dirigida por Tomasz Wasilewski.
Kuba (Mateusz Banasiuk) vive con su madre Ewa (Katarzyna
Herman) y su novia Sylwia (Marta Nieradkiewicz). Kuba es un nadador talentoso
que intenta ingresar al equipo olímpico. Y un poco por casualidad y otro poco
porque tarde o temprano tenía que pasar, se enamora de Michal (Bartosz Gelner).
Pero la decisión de Kuba de aceptar su homosexualidad no le será nada fácil,
dado que las mujeres que lo rodean, madre y novia, son acérrimas defensoras de
la heteronormatividad patriarcal. Como la mayoría de la sociedad en la que
viven.
Estos Rascacielos flotantes conmueven, interpelan, perduran. Durante siglos significaron la infelicidad (y a veces la muerte) de miles de personas.
Sigo mi festival con The
Man With The Answers, coproducción chipriota-creco-italiana de 2021,
escrita y dirigida por Stelios Kammitsis.
Victoras (Vasilis Magouliotis) va de mal en peor. No
tiene trabajo estable, del temporal que tenía le dicen que ya no lo necesitan,
situación nada desconocida en la Grecia contemporánea en la que transcurre la
acción, para colmo no va y se muere la abuela con la que vivía y su madre con
la que se comunica esporádicamente por teléfono no dejará ni por un segundo a
su nueva familia en Alemania para acompañarlo. Victoras que es un clavadista de
competición venderá las medallas de oro obtenidas, desempolvará un viejo Audi
que la madre dejó atrás y se irá a buscarla para echarle en cara su abandono. Y
en el camino, se topará con Mathias (Anton Weil), un alemán que es al menos en
personalidad su opuesto.
Este hombre con las respuestas es una mezcla amable de road movie y buddy movie que sabe lo que hace y adónde se dirige. Se sigue con deleite.
Termino mi segunda jornada con Hot Guys With Guns, película de 2023, escrita y dirigida por Doug
Spearman. Ejemplo de gay sexploitation si los hay. Patrick “Pip” Armstrong
(Brian McArdle) participa de una orgía donde todos son drogados y robados. A él
le robaron un Rolex que le dejó su padre y se llevaron el auto de lujo que
maneja. Como a la policía no puede recurrir, le pide ayuda a su exnovio, Danny
Lohman (Marc Anthony Samuel), camarero aspirante a actor, que como ambiciona
participar de una serie policial toma un curso de detective, dictado por un
expolicía o exdetective, no queda claro y no importa, Jimmy Peppice (Alan
Blumenfeld). El slogan de la película dice “Es como si en Arma mortal, Mel Gibson y Danny Glover fueran jóvenes y sexis
exnovios” En realidad podrían no ser ex, pero la mamá de Pip, Patricia
Armstrong (Joan Ryan) una delirante certificada no le gusta Danny para su hijo.
Cuando empecé a ver cine, el cine de explotación era mal
mirado, era como el hijo bastardo de los géneros, pero después vino el
postmodernismo y nos liberó de las cadenas del esnobismo y nos hizo admitir que
todos los géneros son iguales ante el dios-pantalla.
El cine de sexploitation tiene sus propias reglas y
parámetros. Por sobre todo debe ser disparatado, excéntrico, caótico, ilógico y
muy divertido. Y este ejemplo es todo eso, así que para espanto del típico
espectador neoclásico, concluimos que se trata de un buen film. Y si alguien no
está de acuerdo, como dice el lugar común de las películas de los noventa…Sue
me!
Fin de la segunda jornada
Gustavo Monteros
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