Y llegué nomás al final y completé la lista. Y el desafío cumplió con el propósito de crearme una línea secundaria de pensamiento y así no me encerré en las decisiones a tomar y en los condicionamientos a aceptar. Me dijeron que la premisa era falsa, que con la cantidad de películas de amor que había, cómo no iba a encontrar 28. Sí, pero la dificultad radicaba en el “que de verdad me gustaran”. Uno es uno y soy parcial, por ejemplo, con el policial negro, con la comedia o con el musical, pero con las de amor, soy peculiar y quisquilloso. Aunque no solo llegué a completar la lista sino que hasta me quedaron muchas en el tintero. No sé si llegan a otras 28, cosa que no comprobaré porque no se trata de llegar al fondo del baúl sino de entretenerse un rato con juegos de charla de café.
Sábado 25 de febrero de 2023
Día 25: Notting
Hill (Un lugar llamado Notting Hill,
Roger Michell, 1999)
Estamos siempre tan hambreados de justicia que cada vez
que nos cuentan una versión de la Cenicienta, como la copita de ginebra
holandesa, nos estimula y sienta bien. Notting
Hill es eso, una Cenicienta invertida en la que él (Hugh Grant) es la
fregona y ella (Julia Roberts) el príncipe azul que no destiñe. Claro que como
todo es moderno, él no friega sino que tiene otros encantos. Es un librero, que
entre los mercachifles, es el más encumbrado. Vende al menos sustento para el
alma y el intelecto y no cigarrillos o tuercas. Ella es perfecta como toda
estrella. Pero como sabemos los que tuvimos la suerte de conocer alguna de
entre casa, las estrellas son como todos los demás, solo que con las ventajas y
peculiaridades del empleo elegido. Por eso le puede decir aquello de Soy solo
una chica parada frente a un chico pidiéndole que la quiera, que es el fino y
poético de Soy accesible hasta para vos, chabón. Claro que él todavía tiene que
perder el zapato que en su caso es enredarse con la baja estima y comportarse
como un reverendo pelotudo. Pero como no es una novela rusa clásica, el final
feliz está en ciernes y entonces ponen She
de Aznavour cantado por Elvis Costello y si bien ya veníamos enamorados de
Julia Roberts desde los tiempos de Pretty
Girl (otra Cenicienta), la canción nos recordaba todos los motivos para
amarla y obedientes nos volvíamos a enamorar de Julia hasta la masmédula, que
no existe, que es un invento de Oliverio Girondo, pero que debería existir. Y
por más policiales negros que consumamos, siempre nos van a gustar las
versiones de la Cenicienta porque es un cuento de progresión social ascendente
y por más que el garcaje le enseñó a algunos de nosotros a odiar a los que de
mal van para bien en términos de ascenso, los demás nos vamos a enganchar con
la esperanza secreta de que alguna vez nos toque echar buena y quedarnos con la
Julia Roberts que liguemos, porque con ella hasta el pan y cebolla va a ser
caviar y centolla.
Domingo 26 de febrero de 2023
Día 26: Zee and Co. (Salvaje y peligrosa, Brian G. Hutton, 1972)
Preguntas del millón. ¿Qué es el adulterio? ¿Cuándo
empieza? ¿Por qué? Es una enfermedad de pareja monogámica. En parejas abiertas
o poliamorosas no aplica. ¿Es venial si es solo sexual? ¿Es mortal si involucra
sentimientos? ¿Es ignorado o negado? ¿Es un juego de poder? ¿Surge para
salpimentar una relación agotada? ¿Comienza en la mente mucho antes de ocurrir
o solo se da? La o el tercero en discordia ¿ambiciona ocupar el lugar del o de
la traicionada? ¿Acepta participar en un juego en el que tiene más para perder
que ganar? Ya sea que se supere ¿el fantasma de lo que pasó queda de por vida?
¿Es consentido si no se hace nada para evitarlo? ¿Gana el o la que se queda con
la convivencia del objeto de pasión? ¿Hay ganadores o solo perdedores? ¿Hay
verdadero amor en una relación que nace en la clandestinidad y que implica
traición? ¿Surge de la insatisfacción ante la pareja o de un impulso
ingobernable de una de las partes? Una vez establecido y tolerado ¿es para toda
la vida como el matrimonio católico? ¿Hay víctimas y victimarios o solo
victimarios? Si surge como una aventura y no se corta a tiempo ¿se complica?
¿Es más grave entre los tradicionalistas que entre los bohemios? Elizabeth
Taylor como la esposa, Michael Caine como el marido y Susannah York como la
amante barajan respuestas en Salvaje y peligrosa. Pero ¿hay respuestas
correctas cuando se presenta una anomalía donde no debería haberla?
Lunes 27 de febrero de 2023
Con una falta de originalidad digna de ninguna causa, en
las aulas, ante las peleas reiteradas, se intenta disuadirlas con un perogrullo
que se supone freudiano: Los que se pelean, se quieren. Casi nunca es verdad y
en escasísimas oportunidades es disuasorio, pero en el caso de Klara Novak
(Margaret Sullavan) y Alfred Kralik (James Stewart) es cierto de toda certeza y
se puede jurar sobre su veracidad no sobre una, sino sobre siete Biblias. Los
dos trabajan en el Bazar Matuschek que queda a la vuelta de alguna esquina en
el centro de Budapest. Estamos en los años precedentes a la Segunda Guerra
Mundial y nada presagia los funestos delirios expansionistas de Hitler. En este
¿bazar? que es más bien una marroquinería, su vendedor estrella, el mencionado
Kralik y su vendedora más reciente, la susodicha Novak, en persona, se detestan
a más no poder, pero, por carta, (sin saber quiénes son en realidad porque usan
seudónimos) están más que cerca de formalizar un noviazgo. Solo hace falta el
detonante para que la tensión sexual ya desatada y el amor en ciernes exploten,
se fusionen y comiencen los prolegómenos de cazar perdices. El bazar de las
sorpresas es una de las piezas claves del maestro Ernest Lubitsch y reapareció
en 1949 como un vehículo de lucimiento para Judy Garland (In the Good Old Summertime, llamado aquí La novia incógnita) dirigida por Robert Z, Leonard, acompañada por
Van Johnson (en la escena final hace su debut en el cine una nena de tres años
llamada Liza Minnelli) y en 1998, convenientemente aggiornada, para que otra
vez se enreden sentimentalmente Tom Hanks y Meg Ryan (You've Got Mail / Tienes un e-mail) con dirección de Nora Ephron) Y
desde 1963 es un delicioso y logradísimo musical de Broadway con el título de She Loves Me, con libro de Joe
Masteroff, música de Jerry Bock y letras de Sheldon Harnick. Todas se basan en
la obra teatral de 1937, Parfumerie,
del húngaro Miklós László. Pero como suele suceder en algunas familias es la
primigenia la más agraciada y querida. Los que vienen detrás, a llorar a la
iglesia o a rumiar a terapia.
Martes 28 de febrero de 2023
Día 28: New York,
New York (Martin Scorsese, 1977)
Fue un fogonazo de luz, calor y belleza, cuando en la
calle hasta el aire diáfano olía a sangre, los alaridos sospechados te
desvelaban en el silencio de la siesta y el miedo nos atería de frío incluso en
el ardiente calor del verano. Se estrenó el 5 de enero de 1978. Y menos mal que
no era ni crédula ni jovial. No andábamos como para ingenuidades ni optimismos.
María von Trapp nos hubiera fastidiado hasta la indigestión. Scorsese dice que
es un noir musical y no le falta razón. La Segunda Guerra Mundial acaba de
terminar y él, el saxofonista Jimmy Doyle (Robert De Niro), quizás por haber
visitado el Infierno, es un desencantado que por más que lo intenta no puede
confiar ni querer y la rabia por no poder hacerlo se le vuelve violencia y
desprecio por sí mismo. Ella, la cantante Francine Evans (Liza Minnelli) no es
perfecta, muchas veces no sabe qué hacer con él, pero comparte el perfil de las
nobles minas del tango, es fiel y de gran corazón, y hasta le da un hijo.
Cuando él por fin consigue un poco de paz y aquieta sus demonios, ella ya está
en otra y no quiere volver atrás. La frase matadora del afiche decía: El amor
es como una canción, es hermoso mientras dura. Y yo, un veinteañero reciente
que alcanzaba la edad de oro en años de plomo, mientras duraba esta película
casi no tenía miedo y el mundo me parecía menos hostil y doloroso. Por eso la
amo. Fin.
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