viernes, 4 de noviembre de 2022

Programa doble: Z, la ciudad perdida - El abrazo de la serpiente




 Programa doble, sección en la que repasamos dos películas con aspectos en común.

Hoy: Z, la ciudad perdida – El abrazo de la serpiente

 

Cuando el mundo era ancho y ajeno, o más de lo que lo es ahora y no había drones, celulares, computadoras, los hombres salían con una mochila, un sombrero y una brújula a desentrañar regiones jamás visitadas antes por un hombre civilizado. Hablo del siglo XIX, no de Marco Polo, Colón, Cortez o Magallanes, la India, América, China, Japón, África y Australia ya habían sido descubiertas, colonizadas, explotadas y en vías de distintos grados de liberación, si es que eso es posible en un mundo que necesita dominadores y dominados para poder seguir girando.

 

Por entonces dos grandes regiones se consideraban inexploradas o casi. La Amazonia y los polos. El verde y el blanco profundo como quien dice. Y geógrafos, cartógrafos, etnógrafos, botánicos, zoólogos, entre los principales estudiosos científicos, aunque también aventureros, buscavidas, mercenarios, fugitivos se destinaron a la proeza. Se necesitaba buena salud, predisposición para la supervivencia, recursos para subsistir con poco o nada y sobre todo hambre de gloria.

 

Ambicionaban ir, ver y sobrevivir para volver y contar. Iban a hacerse de un nombre, a inscribirse en los diccionarios y enciclopedias. Muchos no volvieron y los que volvían, no venían muy ilesos que digamos. Por ahí enteros de cuerpo, pero con la cabeza comida por lo visto y obsesionada por lo que les faltó ver.

 

Entonces marchaban otra vez y ya no volvían, la suerte también se cansa y se desenamora. O el milagro no quiere repetirse o Dios se distrae y se descuida. Muchos simplemente se perdían. No volvía a saberse de ellos. Se suponía que la selva, la tundra, las infecciones tropicales, el frío, los caníbales o los osos o los lobos los habían matado. O los había perdido la locura, la lujuria, o quizá, por qué no, ya no quisieron volver. Dieron por vanos los sueños de fama y dinero, consideraron su vida por vivida y se quedaron en algún rincón a rumiar lo aprendido.

 

Muchos buscaron riquezas en oro y plata y las hallaron solo arqueológicas, otros buscaron conocimiento y solo hallaron los límites de su tontería. Muy pocos hallaron lo que buscaban y se conformaron con volver y contarlo. Exitosos o fracasados, locos o iluminados, perdidos o regresados, famosos o desconocidos, sus gestas dan material para películas que como sus hallazgos o desengaños pueden ser abundantes o pobres, pero por malas que sean (las dos que referiré no lo son) eluden la indiferencia.

 

La aventura humana engendra siempre admiración o repugnancia, nunca abulia o desinterés. Después de todo, solo se trata de la busca del camino de vuelta al Paraíso del que fuimos echados. Algunos lo buscan en el amor, la religión, el arte o la esperanza, otros en la proeza de explorar lo no abarcado en las selvas inextricables o los desiertos gélidos. La esmeralda o el diamante, como quien dice. La ambición de no perderse en el olvido. O de saber por fin de qué va la piedad o la ira de Dios. 

 

Z, la ciudad perdida (The Lost City of Z, 2016) dirigida por James Gray con el protagónico de Charlie Hunnam (Percy Fawcett), Robert Pattinson (Henry Costin) y Sienna Miller (Nina Fawcett) se basa en los viajes de Percy Fawcett tras la búsqueda de una antigua ciudad perdida en la cuenca del río Amazonas. Los viajes de este explorador británico comenzaron en 1906 y terminaron en 1925.

 

El abrazo de la serpiente (2015) dirigida por Ciro Guerra se centra en los viajes del alemán Theodor Koch-Grünberg (Jan Bijvoet) primero en 1909 y del estadounidense Richard Evans Schultes (Brionne Davis) después en 1940 en busca de yakruna, una misteriosa planta sagrada de casi milagrosos poderes curativos remontando el río Amazonas. Ambos exploradores se relacionan con Karamakate (interpretado por Nibilo Torres cuando es joven y Antonio Bolívar cuando es viejo), un chamán, último descendiente de su tribu.

 

Z, la ciudad perdida ronda por el cable y El abrazo de la serpiente se puede ver en Amazon Prime Video.

Gustavo Monteros

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