Programa doble, sección en la que repasamos dos
películas con aspectos en común.
Hoy: El sentido de un final – El mensajero
En El sentido de un
final (The Sense of An Ending,
Ritesh Batra, 2017) si de emociones se trata, el viejo Tony Webster (Jim
Broadbent) cree tener más pasado que futuro, se cree dueño de una vida vivida y
aprendida de memoria de tanto como se la ha contado. Pero una carta lo
contradecirá por completo. Una abogada le dice que la madre de una exnovia,
Sarah Ford (Emily Mortimer) le ha dejado en el testamento un cheque y un
adjunto. Como la carta ensobra el cheque aunque no el “adjunto”, concierta una
cita para ver de qué se trata. La abogada recorre el testamento y le confía que
el tal adjunto es un diario escrito por Adrian Finn (Joe Alwyn) un compañero de
secundaria de Tony. Este diario en cuestión está en manos de la exnovia,
Veronica Ford (Charlotte Rampling) que se niega a entregarlo. Tony desandará un
camino insospechado, que repercutirá en la vida presente que lleva y modificará
sus relaciones con la exmujer, Margaret (Harriet Walter) y con la hija de
ambos, Susie (Michelle Dockery), una lesbiana en trance de convertirse en madre
soltera, ya que arrastra un embarazo de casi nueve meses.
En El mensajero
(The Go-Between, Pete Travis, 2015)
si de emociones se trata, el viejo Leo Colston (Jim Broadbent) es un muerto en
vida. No ha podido relacionarse sentimentalmente con nadie desde el verano de
1900, cuando tenía 13 años y fue manipulado para desempeñarse como un
improvisado cartero entre la niña casadera de la mansión victoriana, Marian
Maudsley (Joanna Verderham) y su amante, el modesto arrendatario de las tierras
de labranza, Ted Burgess (Ben Batt).
Esta aventura romántica tuvo un desenlace que lo traumó drásticamente. Ahora en
su madurez es llamado por la envejecida Marian (Vanessa Redgrave) para que
entregue un último mensaje, algo que quizá, está por verse, lo destraumatice.
En estas dos películas el personaje de Jim Broadbent debe
cerrar círculos. Ambas se basan en hermosas novelas homónimas. The Go-Between es L.P. Hartley y The Sense of An Ending es de Julian
Barnes.
La de L.P.Hartley se abre con la famosa y muy citada
frase: “El pasado es un país extranjero, allí las cosas se hacen de manera
diferente”. Frase-llave que abre tantos viajes diferentes al pasado como
personas existen.
Gustavo Monteros
De The Go-Between hay
una versión anterior para cine de 1971 (la que referimos arriba fue para la televisión),
que aquí se llamó El mensajero del amor.
El niño era Dominic Guard, los amantes Julie Christie y Alan Bates, y el viejo
Leo, Michael Redgrave. El guión era de Harold Pinter y la dirección de Joseph
Losey, que ganó la Palma de Oro del Festival de Cannes por este trabajo. Con
este film, Jim Broadbent debutó en el cine, fue un extra en el partido de
cricket. Con esta nueva versión quizá haya hecho otro viaje al pasado, otro
cierre, quién sabe. Porque después de todo, si de emociones se trata, por más
viejo que se sea, nadie tiene la vida vivida del todo.
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