Programa doble, sección en la que repasamos dos películas con aspectos en común.
Hoy: Faithful (Fiel) - Oscar
En Faithful
(Paul Mazursky, 1996) la acción transcurre en un día clave para Margaret
(Cher). Es su veinteavo aniversario de casada con Jack (Ryan O’Neal) con quien
comparte un negocio de transporte que abrieron con el dinero que ella heredó y
que expandieron gracias a ideas de ella, hoy son muy exitosos, no les falta
nada, viven en una mansión lujosísima, andan en autos exclusivos, aunque ella
siente que dejó que la relegara de los negocios y la confinara a ser la
consorte rica que solo debe gastar dinero. Para colmo sabe que él le mete los
cuernos con su asistenta que quizá le dé el hijo que ella no puede darle.
Cuando finalmente acomete el plan de vaciarse el frasco de pastillas que lleva
meses mascullando, entra en la casa Tony (Chazz Palminteri) un sicario
contratado supuestamente por Jack para liquidarla. Tony no puede matarla de
entrada por un trauma reciente y la deja hablar. Craso error, al menos para el
cometido que debe cumplir. Tony también tiene lo suyo, es un hombre muy
peculiar con ideas altamente personales, algo que eleva el juego de comedia a
otro lugar. Entonces…
En Oscar (John
Landis, 1991) estamos en los años veinte y el gánster Angelo “Chasquido”
Provolone (Sylvester Stallone) enfrenta también un día clave. Cumplirá la
promesa que le ha hecho a su padre, Eduardo (Kirk Douglas), en su lecho de
muerte, se retirará de la vida de delitos y se dedicará solo a negocios
supuestamente legales. Digo supuestamente porque planea convertirse en
accionista principal de un banco. Pero justo en la mañana de este último día de
vida criminal, su joven contador, Anthony Rossano (Vincent Spano) le confiesa
que le ha estado “apartando” dinero casi de casualidad, y que le devolverá sin
dudar… si lo deja casarse con la luz de sus ojos que no es otra que la hija de
Angelo. Cuando dicha hija Lisa (Marisa Tomei), la única que tiene con su esposa
Sofia (Ornella Muti) es enfrentada, la
pobre al principio no tiene idea de qué le está refiriendo su padre, pero
supone que habla de Oscar, el chofer de la familia. En realidad Anthony no está
enamorado de Sofia sino de Theresa (Elizabeth Barondes) que por un impulso se
hizo pasar por hija de Angelo. Aunque quizá este impulso no haya sido
infundado. Como en todo buen vodevil cada personaje que aparece contribuye a
algún enredo. Aquí los hay tantos que conforman una avalancha que incluye a
unos banqueros más letales y mafiosos que cualquier gánster que se precie y a
un jefe de policía más interesado en salir bien en la prensa que en combatir el
delito.
Estas dos películas se basan en obras de teatro. Faithful (Fiel) es de Chazz Palminteri, que en la versión cinematográfica se
aseguró el mejor papel. Palminteri casualmente también integra el elenco de Oscar, donde hace un papel en las
antípodas del de Faithful. Oscar en su origen es una comedia del
francés Claude Magnier.
Por lo que aquí exhibe es una pena que Stallone no haya
hecho más comedia. Si bien aquí este personaje es ideal para su cuerpo de
guardaespaldas y voz de funebrero, como lo describió alguien, demuestra gran
capacidad y comprensión del juego de la comedia. Tiene momentos excelentes.
Cher, como ya lo ha demostrado, se mueve bien en lo cómico y saca partido, y no
poco, de su cara inmóvil como permanentemente anestesiada.
Como ya dijimos por ahí, las obras de arte (o los
artefactos artísticos si se prefiere) tienen como los humanos suerte y destino.
Algunas nacen con un pan bajo el brazo, mientras que otras padecen un hambre de
gloria que no se sacia nunca. Faithful
es muy buena, pero nació con poca suerte, no se la representa mucho. Languidece
en su rincón a la espera de ser descubierta. Pero o se la pasa por alto o se la
subestima mucho. Oscar en cambio
nació con cuchara de oro. Se la ha representado en casi todos los escenarios
del mundo y ya cuenta con dos transcripciones cinematográficas. Hay una
anterior a la que comentamos aquí, es de 1967, la dirigió Édouard Molinaro con Louis
de Funès en el protagónico.
Ambas piezas se representaron en Argentina. Faithful, fiel a su destino, se estrenó
un verano (tiempo de comedias) y duró un suspiro, no sé si llegó al mes de
funciones. Oscar, en cambio, ya se
presentó dos veces al menos, en los sesenta y en la década del 2000, con
fulgurante o más que respetable éxito las dos veces. Hasta en esto se cumple el
dicho aquel de con estrella o estrellados. Ah, los arcanos del universo, ¡quién
pudiera desentrañarlos!
Gustavo Monteros
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