Programa doble, sección en la que repasamos dos películas
con aspectos en común.
Hoy: Felicitaciones por la boda – Temporada de bodas
En Felicitaciones
por la boda (Badhaai Do en el
original, con dirección de Harshavardhan Kulkarni, 2022) Sumi (Bhumi Pednekar)
y Shardul (Rajkummar Rao) viven en la India contemporánea y están en serios
problemas. Tienen treinta años, no están casados y, horror de los horrores, son
gay. Él, Shardul, es oficial de policía. Ella, Sumi, es profesora de educación
física. Para aliviar la presión de sendas familias contraen un matrimonio de
conveniencia, puertas afuera son marido y mujer, puertas adentro son apenas
compañeros de piso, en el que pueden albergar compañerxs ocasionales o
permanentes. Pero el entorno familiar es insaciable, como pasado el año de
casamiento no hay descendencia en camino, la multitud de parientes decide
intervenir, entonces...
En Temporada de
bodas (Wedding season en el
original, con dirección de Tom Dey, 2022) Asha (Pallavi Sharda) y Ravi (Suraj
Sharma) viven en la Nueva York contemporánea y están en serios problemas.
Tienen treinta años, no están casados y horror de los horrores, si bien son
heterosexuales están más preocupados por la realización personal y profesional
que en el matrimonio. Para aliviar la presión de sendas familias, fingirán ser
novios camino de comprometerse en la temporada de bodas que se avecina. Mentira
va, mentira viene, el amor nace y se enseñorea, pero hay mentiras inaceptables,
entonces...
Creo que no es necesario acentuar el factor común que
enlaza a estas dos películas. Pero nos detendremos en señalar que ambos filmes
muestran una sociedad heteronormativa, cerrada en sus tradiciones, con la sola
aceptación del tipo de familia
tradicional y muy participativa en los modos de vida comunitarios. Lo que se ha
hecho siempre debe seguir haciéndose, sin cambio posible, sufra quien sufra. La
pertenencia a una tradición férrea y las seguridades que otorga esa pertenencia
lo son todo. Primero la casta con todo lo que implica y trae aparejado, por
último el individuo y sus necesidades. No hay tregua, arreglo, componenda,
compromiso de ningún tipo.
Felicitaciones
por la boda expone su conflicto de frente y sin vueltas
en tono de comedia dramática. Y si se le aceptan algunos exabruptos que más
tienen que ver con el modo en que se concibe localmente la comedia, es eficaz y
muy elocuente. Viene claro con una agenda. Cuando es oportuno, no duda en
ponerse pedagógica. Subraya que el prejuicio a la homosexualidad es pura
ignorancia y que el temor que engendra esa ignorancia conduce a la estupidez
redoblante más temprano que tarde.
Si bien Temporada
de bodas ataca el mismo mal (la apabullante intromisión familiar que
asfixia todo atisbo de libertad) es más convencional en su desarrollo y exhibe
en su desenlace una buena cantidad de lugares comunes que intentan hacer pasar
axiomas pedestres de la autoayuda como profundas rigurosidades filosóficas. Si
se los pasa por alto con indulgencia se puede apreciar que es una comedia
fluida, colorida, más cercana a los cuentos de hadas que a Moliere.
Cortedades o exabruptos al margen, son dos películas que
se ven con facilidad y agrado y deparan más de una sonrisa ante estupideces que
pueden y deben corregirse. Al menos, planteadas así las cosas, los finales
felices son posibles.
Ambas películas pueden verse en Netflix.
Gustavo Monteros
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Nota: solo los miembros de este blog pueden publicar comentarios.