Un barco muy Art Nouveau en el que hay un
crimen. ¿Alguien dijo Muerte en el Nilo?
Sí, sí, solo que esta vez el crimen es en un transatlántico de España a
Argentina con parada en Brasil. Art Nouveau hay, pero más que espíritu Agatha
Christie, hay impronta de teleteatro.
El plot se centra en dos hermanas, Eva Villanueva
(Ivana Baquero, la ex niña de El
laberinto del fauno (Guillermo del Toro, 2006) convenientemente crecida)
una novelista en ciernes de vívida imaginación y Carolina (una rubísima
Alejandra Onieva) que se casará con uno de los dueños del paquebote, Fernando
Fábregas (un barbado Eloy Azorín). Las niñas, como son ricas, van asistidas por
una mucama de toda la vida, Francisca (Chiqui Fernández) y su hija, la
ambiciosa y casquivana Verónica (Begoña Vargas). Hay un capitán argentino de
duelo y con compromisos varios, Santiago Aguirre (Eduardo Blanco), secundado
por el oficial Nicolás (Jon Kortajarena en plan galanazo) como el interés
romántico para Eva y otro oficial de acento francés, Pierre (Daniel Lundh)
enamorado hasta los dientes de la cantante del barco, Clara (la bella Laura
Prats con un pelucón imposible). Hay también un don Juan tarambana, Sebastián
de la Cuesta (Tamar Novas) atendido por el ayuda de cámara con un invento
promisorio, Dimas (Ignacio Montes). Está también la bella hermana de Fernando,
Natalia (Natalia Rodríguez, a la que le va mejor en peluquería y vestuario que
a la cantante Clara) casada con el bestial Aníbal de Souza (Félix Gómez).
Tenemos además al tío de las chicas, un amable en demasía Pedro (José Sacristán),
en compañía permanente de un demasiado acicalado doctor Rojas (Pepe Ocio) un
médico con unos cuantos bemoles. Y como corresponde no debe faltar el
polizonte, en femenino en este caso, Luisa (Manuela Vellés) y el hombre de cara
desfigurada que nadie ve, Mario Plazaola (Luis Bermejo). Y un acreedor
misterioso (Ben Temple) que suponemos participará más en la segunda parte. Sí,
la trama se resuelve en su mayoría, pero hay una continuación en ciernes, o más
bien en votes salvavidas. Para dar tranquilidad a la población, dicha
continuación ya está en producción.
Es de la productora Bambú que antes trajera Las chicas del cable, Velvet y Gran Hotel, los que vieron o pasearon por dichas series saben qué
esperar. Clasicismo narrativo y recreación de época detallada y lujosa. Los
creadores o, como se dice en anglosajón, show runners de esta serie son Ramón
Campos y Gema R. Neira.
Pensé que exigirían una tremenda suspensión
de la incredulidad por culpa del escondite de la polizona Luisa. Puedo detallar
porque no es un spoiler, es algo que ocurre casi detrás de los títulos
iniciales. En una calle llena de gente de bote a bote (para hacer juego con lo
náutico del escenario) en la que se vislumbra ya el gran barco, a un auto en el
que viajan las hermanas Villanueva, Francisca y Verónica, se le tira encima la
futura polizona Luisa, que las convence con rapidez sospechosa de que la lleven
con ellas y la salven de una persecución tan mortal como enigmática porque
Luisa se niega a dar precisiones. El auto tiene un gran baúl atado a la parte
trasera. ¿Dónde esconden a Luisa para meterla en el barco? ¡En el baúl, claro!
Pero, ¿dónde la ocultaron? ¿En medio de la calle? Retroceder con el auto no se
puede, está atiborrada. Ir hacia adelante es llegar al barco. O sea, ¿la metieron
en el baúl a la vista de todos? Y ¿qué hicieron con lo que estaba adentro?
Encima no bien están subiendo el baúl, se menciona que el resto del equipaje de
todos ya está en los camarotes o en la bodega. Entonces, ¿qué, iba vacío? Si
así era, ¿para qué iba atado al auto? Errores o practicidades que los
continuistas no toman en cuenta y que a cualquiera con un mínimo de sentido
común distrae o hace que la atención se desvíe para ver cuál será el próximo.
Por suerte es el único grosero, de modo que mi atención regresó a la trama
principal.
Si se gusta de los melodramas policiales (ojo,
es eso, más que un policial en sí) o de los teleteatros/culebrones, no lo
duden, esta es su serie ideal para una maratón de fin de semana de lluvia.
Alta
mar puede verse en Netflix.
Gustavo Monteros
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Nota: solo los miembros de este blog pueden publicar comentarios.