Victoria (Virginie
Efira) está más loca que una cabra, bueno no tanto, pero casi. Es una abogada
talentosa, separada de un marido de buen pasar, que ahora la va de escritor y
publica en un blog, un retrato parcial y polémico de Victoria, más secretos peligrosos
de sus clientes, Victoria es también madre de mellizas pequeñas a las que
malcría, ¿por culpa, quizá?, y no dice no cuando debería. Un baby sitter
masculino, por ejemplo, no solo debe cuidar a las niñas, sino “cuidarla” a ella
sexualmente, ¿¡por qué no!? Y si un amigo, Vincent (Melvil Poupaud) le pide que
lo represente, aunque ella sabe que no debe hacerlo, lo hace igual, con
previsibles y nefastas consecuencias. Victoria es muy bonita y como no tiene
tiempo para coqueteos y conquistas, recurre a las citas digitales, a las que
corresponde “en persona” en su cuarto, ¡que está al lado de la de sus hijas! En
el caos en el que vive, le parece lo más natural del mundo meter en su casa a
un excliente, Samuel, más conocido como Sam (Vincent Lacoste) ¡un ex – dealer!
Pero con Sam la pega, y le tenía que tocar, aunque más no sea por las variables
de la estadística.
Amo las comedias, por
su ingenio, por su levedad que sin embargo revela verdades a veces más
profundas que las del drama. Aquí no hay réplicas brillantes, pero si
situaciones de una inteligencia superior, como cuando la amiga lesbiana cree
estar criticando duramente a Victoria, ¡y en realidad no hace más que
describirse a sí misma, evidenciando ahí, en escena, su conducta! Y las
situaciones con animales no le van a la zaga.
Técnicamente es una
comedia romántica, pero Victoria y el
sexo de Justine Triet es mucho más que eso, para empezar es también una
reflexión sobre el sinsentido cotidiano, sobre los caprichos del destino, sobre
víctimas que tienen todo para no serlo ¿¡y lo eligen?!, y sobre qué corno es
hoy la locura.
Victoria y el sexo tiene todo para pasar desapercibida y perderse, se
estrenó con solo dos funciones, 18:30 y 23:00, y no llegará a una segunda
semana, pero como las películas al igual que los gatos tienen varias vidas, en
las mantas de la calle, en el cable, en las plataformas de contenido, en los
ciclos por internet (estuvo en un reciente ciclo de cine francés online, que ya
terminó, lo siento) o donde sea que se la crucen, tómense su tiempo y
conózcanla, porque Victoria estará un poco tocada, pero enamora y hace sonreír,
algo nada despreciable en estos tiempos oscuros.
Gustavo Monteros
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Nota: solo los miembros de este blog pueden publicar comentarios.