El esgrimista (Miekkailija
en el original, 2015) es una sorpresa. Por suerte agradable. Se trata de una
película estonia, coproducida por Finlandia y Alemania. Como es de rigor, con
casi el 99, 9 % de las películas actuales, se basa en una historia verdadera.
Aunque al menos esta vez no pretenden contarnos vida y milagro de sus
personajes, sino centrarse en una peripecia de vida de su protagonista, que le
trajo gloria y castigo casi por partes iguales.
Endel Nelis (Märt Avandi) es un esgrimista campeón,
que en 1952 debe huir de Leningrado, porque están a punto de descubrir un
secreto de su pasado que lo enviaría de seguro a Siberia. Regresa, entonces, a
su ciudad natal en Estonia, Haapsalu, donde lo espera un puesto de profesor de
educación física en la única escuela del lugar. El director (el antagonista, un
personaje que se desmarca de la caracterización que se intenta dar de él, más
que nada porque en la vida real la maldad y el resentimiento escapan a veces en
su profundidad a los límites de la ficción) le hará la vida imposible. A Endel
no le quedará más remedio que recurrir a lo que más sabe, la esgrima. Y será
toda una sorpresa que los chicos se interesen por esta disciplina que parece
obsoleta o arcaica. Pero la paradoja radica en que termina por mostrar y
compartir los saberes que debía ocultar, lo que en plena purga stalinista tiene
un precio a pagar.
Eso sí, seamos sinceros, este film de Klaus Härö
siembra en el mismo campo fértil en que ya cosecharon los Rockys, los Karate
Kids, y otros cuantos beisbolistas, basquetbolistas, futbolistas, y tenistas, o
sea la vieja y querida historia del patito feo deportista que llega a cisne
campeón, o si se prefiere la Cenicienta de liga menor que se queda con el trofeo
Príncipe. Solo que esta vez la excusa argumental es la esgrima.
La pone a salvo del cinismo de la industria, la
elegancia de la realización, la nobleza de su elenco, la singularidad de la
historia y la convicción de la guionista y su director de estar contando una
hazaña deportiva que merece conocerse, por lo que costó en dicha y desdicha.
Touché.
Gustavo Monteros
"Touché"
ResponderEliminargenial remate, me encantó!!!