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Toparse
con una buena comedia romántica es más difícil que hallar el amor verdadero.
Por cada Cuando Harry conoció a Sally
o Un lugar llamado Notting Hill nos
tropezamos con cientos de intentos fallidos con los que nos aburrimos y
dormimos por más entusiasmo que les pongamos. ¿Solo amigos? de Michael Dowse no sé si está a la altura de los
clásicos mencionados, pero al menos está lejos de avergonzar al género.
Como
Harry y Sally, Wallace (Daniel Harry Potter Radcliffe) y Chantry (Zoe Kazan que
fuera la deliciosa Ruby Sparks)
comienzan como amigos. La dificultad para pasar a mayores radica en que ella
está en pareja (¿ideal?) con Ben (Rafe Spall). El amor está, claro, más cerca
de lo que imaginan, aunque como en la vida real reconocerlo y aceptarlo se
vuelve una aventura o una desventura. Los personajes son sólidos, las
situaciones están bien armadas y el conflicto central, si bien suena
adolescente, se sostiene y genera el apropiado suspenso sobre si la cosa
terminará en boda o en despedida final.
Radcliffe
y Kazan, por separado, son la mar de simpáticos, tanto que corremos el riesgo
de ahogarnos, de ahí que no sé si tienen mucha química entre ellos. Radcliffe
como galán todavía no ha aprendido la lección de los maestros Hugh Grant y
Colin Farrell, amar a las coprotagonistas por más que ellas no retribuyan
tamaña molestia. No importará a la larga y se estará siempre sobre terreno
seguro, porque pueden que no enamoren a la damita joven que les toque enfrente,
pero enamorarán al público que es el que paga, pierde el tiempo y pone la fe en
que lo entretengan un rato. Otro maestro anterior, el gran Cary Grant, hizo
carrera perdurable e incluso hoy no se lo olvida, amando a mansalva. Ser galán
es algo más que tener la tener la suerte de la buena prestancia y la seducción.
Los ganadores de la pantalla tienen que aprender lo que los perdedores de abajo
sabemos, para que sea factible que la chica se quede, hay que trabajar más que
el obrero del monumento al trabajo. Radcliffe lo tiene al alcance de la mano, y
cuenta además con la ventaja de su pasado de mago, así que ojalá lo comprenda y
obre en consecuencia.
En
realidad, lo único que me molestó, y mucho, de esta película es que todos los
personajes hablaran del mismo modo y tuvieran el mismo sentido del humor, una
mezcla de disparates con alusiones sexuales continuas. Puede que se quisiera
dar la idea de un grupo etario con un código en común, pero ¿y el jefe de
Radcliffe? Él sin duda no pertenece a dicho grupo y sin embargo habla igual. No
es que pretenda que los guionistas sean expertos en distintos registros de
habla, pero que todos, absolutamente todos, hablen en un estilo tan singular me
parece un error grosero.
En resumen, una comedia simpática con grandes posibilidades de convertirse con el tiempo en entrañable.
Un abrazo, Gustavo Monteros
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