Incendies del director canadiense Denis Villeneuve, Maelström (2000) y Polytechnique (2009), se basa en una obra de teatro de Wajdi Mouawad y compitió por Canadá en la última entrega de los Oscar. Su director la describe con justicia como "Una brillante mezcla de film de detectives y tragedia griega".
Dos gemelos, Jeanne y Simon, al morir su madre reciben el encargo de entregar dos cartas, una al padre que creían muerto, y otra a un hermano mayor del que no tenían ni noticia. Y así, Jeanne, primero, y Simon, después, comienzan a desandar el periplo del pasado de su madre, o como dice el director el "viaje de Jeanne y Simon hacia el origen del odio de su madre". Terminarán en el país de origen de la madre, que está aquí ficcionalizado, pero que oculta con transparencia el Líbano de las luchas y matanzas entre musulmanes y cristianos.
El relato atrapa y se permite algunas crudezas. Necesarias para comprender algunas decisiones de la madre.
Las actuaciones son muy buenas y Villeneuve dirige con elegancia, austeridad y firmeza, aunque abusa del plano que se abre (se comienza la escena con un plano detalle de alguna cosa que obviamente no se percibe del todo y entonces se comienza a abrir el plano para hacernos comprender de qué va o dónde transcurre la escena. Un recurso muy de moda entre los directores de cine de autor para generar atención e interés. Todo bien, pero cuando se reitera una y otra vez, termina por ser monocorde).
De todos modos, altamente recomendable.
Un abrazo,
Gustavo Monteros
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