Con Fargo, los hermanos Coen se mandaron un chiste genial. Nos hicieron creer a todos que el film estaba basado en hechos reales cuando no lo estaba.
De eso se trata la ficción, de contar historias que puedan ser tomadas por ciertas.
Los productores adoran las películas que empiezan con el cartelito: Basada en hechos reales. Creen que con eso ya tienen ganado en el público la suspensión de la incredulidad.
En lo personal, prefiero el cartelito que dice: “Los hechos y los personajes son ficticios, cualquier similitud con hechos y personas reales es pura coincidencia”. No en vano titulé a una de mis obras Pura coincidencia. Es que a mí me encanta cuando se atajan con eso de “cualquier similitud” porque me da por sospechar que sí se basan en hechos y personas reales y que lo niegan para no tener quilombos legales.
A lo largo de la historia de la ficción, innumerables autores se han quejado de que la realidad supera siempre a la ficción.
A mí, sin ir más lejos, me ha pasado que me han contado peripecias de la vida con el pretexto de que las ponga en una obra teatral y he terminado contestando: “Es imposible, nadie nos las creería. Y sin embargo eran ciertas”.
Es que la ficción tiene reglas estrictas. No importa tanto que algo sea cierto como que sea plausible en el contexto que se cuenta. Aquello tan viejo de “Se non é vero, é ben trovato" (Si no es cierto, está bien contado). Uno puede contar un disparate, pero si se lo construye con lógica, se lo detalla con fundamento, dentro de un contexto preciso, puede pasar por cierto o plausible.
Lo que cuenta Clint Eastwood en El sustituto fue verdad, pero uno debe pasarse todo el tiempo recordándose: “Fue verdad, fue verdad”, porque dentro del contexto de una película, (el cine es uno de los reinos de la ficción por antonomasia), resulta increíble. Ése es su problema.
Son tantas las cosas que le pasan a su protagonista, que parece cuento, bolazo, sanata. Y sin embargo, fue real.
Una mujer sale a trabajar y deja a su hijo de nueve años solo en la casa. Vuelve y no lo encuentra. Hace la denuncia a la policía. Pasa algún tiempo y le devuelven otro chico con la excusa de que es el que se le perdió. Ella asegura que no, que hay un error y la encierran en un manicomio. Y esto sólo es el principio, hay más. La película parece tener cuarenta finales y sigue. Hay más y más. Porque la realidad supera siempre a la ficción. Y ni la maestría cinematográfica de Clint Eastwood puede hacerla plausible. La ficción tiene otras reglas. Rígidas, no flexibles ni azarosas como la delirante realidad.
Pero si uno acepta la desazón y se repite: “Fue verdad, fue verdad”, el trámite puede disfrutarse a pesar del despliegue de talento de la Jolie.
Angelina nos dice todo el tiempo: “Miren lo buena que soy, lo bien que lo hago, nomínenme, prémienme”. Y uno se lo cree.
Algunos maestros de actuación dicen que ser un poco consciente de los propios recursos puede ser bueno, que no todo es entregarse al papel y dejarse fluir, que saber lo que uno puede hacer y usarlo como arma puede ser efectivo. Un poco consciente, porque estar demasiado consciente puede destruir el juego. Viendo la dsefachatez de Angelina, no estoy seguro de que tengan razón. Porque uno le ve la hilacha de hilo chanchero, pero es tal su caradurez que uno le cree y se lo celebra. Después de todo, actuar se trata de no dudar, de entregarse al juego y transmitir esa fe, esa convicción. Y Angelina no duda jamás de lo que hace.
Por lo antedicho, el film merece verse. Porque es una excepción a las reglas de la ficción y de la actuación.
Eso sí, está terminantemente prohibido para las madres de imaginación excesiva sobre peligro que corren sus hijos. Puede darle argumentos que después no se sacarán de encima. Porque lo que cuenta: “Fue verdad, fue verdad, fue verdad.”
Un abrazo,
Gustavo Monteros
Hola Gustavo! Excelente comentario como siempre. Y es tan cierto lo que decís de que la realidad supera la ficción. el arte está en saber contar una u otra.
ResponderEliminarAsí que la Jolie no te convence? Nunca la vi actuar. Prefiero a Brad Pitt. jajajaja!
Un beso y felicitaciones por tu blog. Se ve cada vez mejor.