Ginger
Rogers en una carrera que se extendió por 60 años practicó todos los géneros
forjados por el viejo Hollywood. Pero es recordada por haber sido, si no la
mejor, sin duda la más emblemática pareja de baile del portentoso Fred Astaire.
Doris Day
tenía una voz muy bella y agradable. Y si bien el sistema de estudios de
hollywoodense la paseó por dramas potentes, su lugar de pertenencia fue el
musical en versión comedia liviana. Pero se la recuerda por las deliciosas
comedias que coprotagonizó con Rock Hudson.
En 1950
Warner Bros juntó a estas reinas del musical en ¡un drama testimonial! Storm
Warning. Lo dirigió el ubicuo y eficiente Stuart Heisler, sobre un guion de
los capaces y elocuentes Daniel Fuchs y Richard Brooks, este último también un
director insoslayable.
Marsha
Mitchell (Ginger Rogers) es una modelo veterana que gira por los Estados Unidos
con un vendedor, que en vez de mostrar solo un catálogo, hace que Marsha exhiba
la ropa en su cuerpo. Marsha aprovecha que el itinerario del bus en el que
viajan hace escala en la ciudad en la que reside su hermana menor, Lucy (Doris
Day) para bajarse y hacerle una visita de unas horas. Lucy se casó
recientemente con un camionero, Hank Rice (Steve Cochran). Sin buscarlo ni
quererlo, Marsha es testigo de cómo el Ku Klux Klan saca de la cárcel para
ahorcarlo a un periodista que, al intentar huir, es asesinado a balazos. Dos de
los encapuchados muestran sus rostros y Marsha los ve con nitidez.
Marsha se
reencuentra con Lucy en el centro de recreación en el que Lucy trabaja de
mesera. Marsha le cuenta lo que acaba de atestiguar y Lucy le dice que Hank les
dirá qué es lo mejor que pueden hacer. Van a casa de Lucy, llega Hank y ¡oh,
sorpresa! ¡es uno de los dos encapuchados que mostraron su rostro y es el que
apretó el gatillo. (El otro es el jefe de Hank en el aserradero en el que
trabaja y líder del Klan). Lucy no sabía que Hank estaba en el KKK y encima
¡está embarazada!
Por
supuesto, como en todo drama testimonial hay dos vertientes. La personal que es
la acabamos de delinear y la social o política que aquí involucra a un fiscal
que quiere desbaratar el poder del KKK en la región, Burt Rainey (Ronald
Regan).
Fuchs y
Brooks manejan el conflicto con frontalidad y sin sutileza alguna y logran
mantener el interés por la resolución todo el tiempo. Y como todo film pre años
setenta, es celebratorio de las virtudes del sistema norteamericano. Puede que
haya organizaciones paragubernamentales que consoliden poder, pero tarde o
temprano la justicia las anula. En este caso hasta se sugiere pedagógicamente
que las consecuencias luctuosas pudieron evitarse si se hubiera prestado
testimonio a tiempo.
El drama
personal tiene resonancias de Tennessee Williams. ¿Hermana mayor que visita a
hermana menor casada con un camionero musculoso y sexy? ¿Alguien mencionó El
tranvía llamado Deseo? Esta obra se había estrenado en diciembre de 1947 y
llegaría al cine en el mismo año que este Aviso de tormenta (rebautizado
en estos pagos como ¿Acusaría usted?)
El
paralelismo con la obra de Williams acaba ahí. Marsha está lejos de la
fragilidad de Blance Du Bois y da feroz pelea cuando Hank intenta violarla.
Hank, al igual que Stanley Kowalski, es prepotente, tosco, violento, sensual,
pero al contrario de Kowalski, que es la quintaesencia de lo que hoy
llamaríamos la masculinidad tóxica, y por lo tanto, narcisista y
autosuficiente, es dependiente y servicial de su jefe en el Klan y patrón en el
trabajo.
La
admiración y el deslumbramiento del aquí solo guionista Richard Brooks por
Tennessee Williams se patentizaría en que Brooks llevaría al cine, no uno sino
dos de los dramas capitales de Williams: Cat on a Hot Tin Roof (La
gata sobre el tejado de zinc caliente, 1958) y Dulce pájaro de juventud
(Sweet Bird of Youth, 1962)
Una
peculiaridad de esta película. Aquí el KKK no centra su hijaputez en un
accionar racista, sino en un crimen contra un periodista blanco, que amenaza
con denunciar el fraude practicado por la cabeza local del Klan, que se quedaba
con un alto porcentaje de las contribuciones de los adeptos. Se subraya
entonces que además de asesinos son corruptos.
A juzgar por
las fotos del detrás de escena de la filmación, Ginger y Doris congeniaron muy
bien. Se llevaban diez años, Ginger había nacido en 1911 y Doris en 1922, pero
como Roger había empezado su carrera de muy jovencita, Day se había criado
admirándola.
Esta
película es buena y resistió el paso del tiempo. Aunque lo hubiéramos
preferido, ¿hubiera sido mejor que estas dos superpotencias del musical
anduvieran a los cantos y bailes? Ya nunca lo sabremos. Otro de los misterios
del universo.
Gustavo
Monteros
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