viernes, 5 de julio de 2024

Querido diario - Hoy: Venganza por el pasado - Una banda loca, loca


 

Venganza por el pasado es una película industrial multigénero como les gusta a los productores, un poco feel good, un poco buddy movie, un poco thriller, un poco de acción, un poco drama y un poco comedia y un todo de venganza a cumplir como sea. La surcoreana Rimembeo (¿en el original?) o Remember (para el público anglosajón) fue escrita y dirigida por Il-Hyeong Lee en 2022 y me la crucé por casualidad en Prime Video paveando o buscando otra cosa.

 

Pil-Ju (Lee Sung-min) anda por los ochenta años y hasta ayer trabajaba en un restaurant de comida rápida. Allí conoció a In-gyu (Nam Joo-hyuk), un veinteañero al que el viejito le parecía tan inofensivo como simpático. Lo que ni se imagina es que el viejo necesita ayuda para completar una lista de pendientes (o sea, cosas que hacer antes de morir) que no incluye visitar antiguos amores perdidos sino matar a unas cuantas personas que le hicieron mucho daño a su familia y a él, durante la dominación japonesa de Corea.

 

El viejito no será un exmarine, pero tiene algunos trucos que enseñarles. Pese a sus recursos para la pelea, tiene unas cuántas cortedades físicas, traducidas como un Alzheimer galopante y un tumor cerebral que se le expande con la celeridad del Correcaminos. Por supuesto el deseo de venganza está más que justificado (faltaba más) y el joven no es un inocente intocado por la injusticia. Su padre está inválido, la empresa que lo explotó toda la vida se niega a hacerse cargo de los gastos que su decadencia física depara y en la desesperación por darle el mejor tratamiento, el joven recurrió a unos mafiosos prestamistas que exigen que se les cumpla en efectivo lo más pronto posible. De ahí que al joven, los pruritos moralistas de despanzurrar gente se le pasen más bien rápido y que de auxiliar del viejo pase a secuaz o cómplice.

 

Para no perder la atención del público en las dos horas con ocho minutos que dura el film, habrá vueltas inesperadas de guion y sorpresas varias, lícitas en todo melodrama, con acción o sin acción, que se precie. Aunque lo que hace que uno no abandone jamás el relato, ni aunque nos prometan un más que generoso puñado de dólares es Lee Sung-min, el actor que hace de viejito. Una maravilla por donde se lo considere, ni hasta el mismísimo Robert De Niro se salva de envidiarle un talento nato que ilumina cada rincón del personaje que le tocó en suerte.




Debería haber una ley contra los compositores extremadamente melodiosos, esos que componen canciones tan pegadizas que basta escucharlas una vez para que instalen en nuestra memoria para siempre. De existir tal ley, los hermanos Sherman habrían estado presos, no de por vida, sino de por varias vidas. Robert B. Sherman (1925-2012) y Richard M. Sherman (1928-2024) son los responsables de las canciones de Mary Poppins y Chitty Chitty Bang Bang, entre otras magnéticas composiciones.
 
Supercalifragilisticoexpialidoso y Chim Chim Cher-ee de Mary Poppins o la canción del título de Chitty Chitty Bang Bang son más pegajosos que el almíbar, más inolvidables que Rebecca, más verificables que el mal aliento, más contagiosas que el resfrío y más adherentes que el abrojo.
 
La muerte reciente de Richard M. Sherman me recordó que tenía pendiente la revisión de una fallida comedia musical de la Disney de 1968: The One and Only, Genuine, Original Family Band o Una banda loca, loca, dirigida por Michael O’Herlihy y con canciones de ¡los hermanos Sherman!
 
Se basa en la biografía de Laura Bower Van Nuys (¡?) y se centra en las elecciones presidenciales norteamericanas de 1888. Dato no menor porque hay una lógica Romeo y Julieta, pero no entre la pareja romántica del film sino entra el abuelo y padre de la familia.
 
El abuelo (Walter Brennan) es demócrata mientras que el hijo y pater familias (Buddy Ebsen) es republicano. La madre (Janet Blair) y la hija mayor (Lesley Ann Warren) son árbitros apolíticos entre las partes (estamos a años luz de algunas modernidades, el sexo femenino, según la mentalidad de la época, solo debe ser reproductor y guardián del hogar, o sea a parir hijos, guisar, coser y callarse)
 
La apolítica hija está comprometida con un editor de periódico republicano, resistido por el abuelo, no como persona sino como portador de una ideología inadmisible (en realidad más una dicotomía futbolera Boca-River // Estudiantes-Gimnasia, etc., que otra cosa) El chico editor este es de Dakota y convence a la familia de que se instalen en este territorio. Así como así, sin mucha lógica ni motivación, la familia que hasta ayer iba a cantar en una convención demócrata en Chicago, termina mudándose a Dakota como unos buenos y sacrificados pioneros. La chica futura esposa del editor trabajará allí de maestra.
 
Todo bien, pero el abuelo provoca con sus ideas a medio pueblo, mayoritariamente republicano, y surge algo así como un conflicto. Llegarán las elecciones, habrá sorpresas sobre detalles del sistema eleccionario yanqui, los dos partidos terminarán beneficiados y todos se pondrán a cantar y bailar (algo que ya venían haciendo desde un principio).
 
Obviamente el estudio Disney quería surfear la ola de las familias musicales creada por La novicia rebelde, pero el material elegido, a pesar de que todos tocan un instrumento musical, no daba para mucho. El trámite de verla es caprichoso y confuso. Pero uno llega al final por ¡las benditas canciones de los Sherman!, que de puro melodiosas son irresistibles.
 
Y para contribuir a la confusión del asunto, abuelo y padre lucen como dos viejos de edad pareja, más para hacer de hermanos que de padre e hijo. Brennan había nacido en 1894 y Buddy Ebsen (muy popular por aquellos tiempos, dado que era el pater familias de Los Beverly Ricos (The Beverly Hillibillies, una sitcom icónica que estuvo en el aire como por 10 años, del 62 al 71)) había nacido en 1908), o sea que Walter Brennan lo había engendrado a los 14 años, bueno, es que los pioneros eran ¡muy precoces! El mayor de los hijos de la familia es un astro niño-joven de la Disney de aquellos tiempos, el ahora igual de famoso Kurt Russell. Y es la película debut de una jovencita que sería el amor de su vida y su pareja duradera, es decir, Su Majestad Goldie Hawn, que aparece de lo más pizpireta y desarrollada en la fiesta del granero. Y no es una ilusión óptica que Goldie luzca desarrollada y Kurt todavía un impúber. Kurt nació en 1951 y Goldie en 1945.


Gustavo Monteros

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