lunes, 11 de mayo de 2020

Bad Education - The wizard of lies - La donna della domenica - The night visitor


Bad education es la historia de una estafa, y como todo fraude (desprovistas las consideraciones morales, claro) es triste porque engendra una ilusión que no se sostiene en el tiempo. Y cuando la verdad llega tiene la contundencia del despojo. Un director de escuela carismático (tanto que le queda como anillo al dedo a Hugh Jackman) y la tesorera (Alison Janney) le meten el perro durante unos cuantos años a la Junta Educativa dibujando gastos millonarios que nadie observa con atención porque los mencionados llevan la escuela a un lugar de preeminencia. Es una película HBO dirigida por Cory Finley con guión de Mike Makoswsky sobre artículo periodístico de Robert Kolker.



Me trajo a la memoria otra película de HBO sobre las consecuencias de otro fraude verídico, The wizard of lies (Barry Levinson, 2017), protagonizada por Robert De Niro y Michelle Pfeiffer. Esta gran estafa del experto en inversiones Bernie Madoff fue incluso más dolorosa que la mencionada antes, por la sencilla razón de que involucró a miles de incautos que perdieron sus ahorros, sus casas, sus esperanzas.




Las dos, pero sobre todo Bad education me parecen tan buenas que el mejor elogio que puedo tributarles es decir que se parecen a las películas de los setenta, lo que me lleva a buscar en mi colección privada filmes hechos en esa década que tengo olvidados o que me gustaría repasar.




Opto primero por La donna della domenica (La mujer del domingo, Luigi Comencini, 1975) comedia de misterio en la que el asesinato de un arquitecto detestable convierte en sospechosos a Jacqueline Bisset (en la plenitud de su belleza) y a Jean-Louis Trintignant, conspicuos representantes de la alta burguesía turinesa. El inspector Salvatore Santamaria (Marcello Mastroianni) debe dilucidar el caso. Entre los vericuetos de la trama sabremos que el personaje de Trintignant es homosexual y que tiene un joven amante, Lelio Riviera (Aldo Reggiani). Y si bien la representación de la homosexualidad responde al principio a los cánones de la época (burla y desprecio al diferente) de a poco el retrato pierde los tintes caricaturescos y se vuelve comprensivo y tolerante. Un detalle no menor para una película industrial que se eleva de la medianía por los nombres involucrados.




Voy después por La noche del crimen (The night visitor, Laslo Benedek, 1971) thriller de venganza en el que el que un fornido Max Von Sydow escapaba de una fortaleza convertida en institución psiquiátrica para plantarles cadáveres a su hermana Liv Ullmann y a su esposo Per Oscarsson. El veterano inspector Trevor Howard deber resolver el intríngulis. Un cuento macabro con un final plumífero sorprendente. La película no hace trampa en su aspecto fundamental y nos detalla cómo es que el personaje de Max Von Sydow se evade. Como con La mujer del domingo, los nombres involucrados hacen también que esta película claramente comercial se destaque y merezca rescatarse del olvido.




En resumen un par de tardes a puro género y con grandes actuaciones.

Gustavo Monteros

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