Hay una variable del policial que bien puede
resumirse así: Alguien desaparece y quienes pueden atestiguar los momentos
antes de la desaparición se hacen bien los boludos.
Hay un viejo film de Hitchcock que inaugura
esta tendencia, aunque no fue la primera película que vi sobre el tema.
No, la primera que vi, allá en mi lejana
infancia, fue So long at the fair
(Anthony Darnborough y Terence Fisher, 1950) rebautizada por estos pagos como Extraño suceso con Jean Simmons y Dirk
Bogarde, sobre un par de hermanos que van a la famosa Feria de París en la que
se inauguró la Torre Eiffel. Los dos se instalaban en un hotelito muy elegante.
Se iban a dormir y a la mañana siguiente el hermano y, lo que es más curioso,
la habitación donde se había instalado ya no estaban. Y los empleados de hotel
porfiaban que había llegado sola.
La tercera fue una remake de la de Hitchcock
que mencionaba: La dama desaparece
(Anthony Page, 1979) con Elliott Gould, Cybill Sheperd y Angela Lansbury. Y en
un ciclo de cine de trasnoche, vi por fin The
Lady Vanishes (Alfred Hitchcock, 1938) con Margaret Lockwood, Michael
Redgrave y May Whitty, sobre la señora que parece haberse evaporado de su
camarote en un tren que recorre Europa.
Ahora la variable está en una película recién
estrenada en Netflix, Fractured (Fractura, Brad Anderson, 2019). El
desavenido matrimonio de Ray (el bueno de Sam Worthington, más atribulado que
nunca) y Joanne (Lily Rabe (tan luminosa como siempre) más su hijita Peri (Lucy
Capri) terminan en un hospital (que parece no dar abasto) por culpa de una
fractura en el brazo, sufrida por la nena en un accidente en un parador de la
ruta, al que recalaron camino a casa después de pasar Acción de Gracias con los
padres de Joanne. Peri y Joanne son
llevadas a que le hagan un estudio a la nena, Ray debe esperar abajo frente a
Recepción. Se duerme y cuando despierta, los del hospital aseguran que entró
solo.
El director Brad Anderson (El maquinista, 2004, Transiberiano, 2008, 911, llamada mortal / The call, 2013, Eliza Graves / El manicomio de Eliza,
2014, Beirut, 2018, también para
Netflix con Jon Hamm y la divina de Rosamund Pike) cumple con los requisitos
del género y siembra dudas por todos lados. El problema es que a la hora de la
resolución toooodas las sospechas se cumplen, es como si el guionista Alan B.
McElroy no se hubiera decido por una o en su afán por ser el más vivo de la
clase se las hubiera permitido a todas. Como sea, el trámite de verla entretiene,
los actores son empáticos y la dirección es briosa.
Fractured,
como se dijo, está disponible en Netflix
Gustavo Monteros
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