jueves, 1 de agosto de 2019

Sing, ¡ven y canta!



Sing, ¡Ven y canta! es simpatía a más no poder. Su autor director, Garth Jennings y su codirector Christophe Lourdelet recurren a dos tópicos de los más transitados en la historia del musical, el del teatro que debe salvarse y el de los aspirantes a estrellas que necesitan una oportunidad para lucirse. O sea el viejo cuento de los perdedores que deben redimirse, o para ponerlo con otro ejemplo, el del patito feo que debe comprender que es un cisne.


Tópicos de encanto garantizado. Claro, siempre y cuando se cumplan algunos requisitos previos, como que los personajes sean la mar de empáticos y que haya un gag tras otro, o una peripecia dramática de identificación básica. Ambos dos requisitos se cumplen aquí a rajatabla.


Y como de un espectáculo musical se trata, es menester que las canciones y que las interpretaciones sean tan admirables como deliciosas. Algo que también se cumple. Solo queda repantigarse, abrazar algún snack favorito y disfrutar.


Si optan por la versión original se toparán con la voces de Matthew McConaughey (Buster Moon), Reese Witherspoon (Rosita), Seth MacFarlane (Mike) (el gag de su versión de A mi manera es ¡inolvidable!, este sí que es un performer, no larga el micrófono ni aunque le tiren con un misil), Scarlett Johansson (Ash), John C. Reilly (Eddie), Taron Egerton (Johnny), ¡Tori Kelly! (Meena) (por Dios, qué voz tiene esta chica), Jennifer Saunders (Nana) y Jennifer Hudson (Nana de joven y cantando, su versión de Carry that weigh…¡guau!), Garth Jennings (Miss Crawly, una delicia de personaje, no en vano se la reservó el director/guionista), Peter Serafinowicz (Big Daddy, si querés saber a qué nos referimos con voz aterciopelada, aquí tenés un buen ejemplo) y Nick Kroll (Gunter).


Sing, ¡Ven y canta! puede verse en Netflix. Entretenimiento de cabo a rabo (y aquí hay unos cuantos rabos).

Gustavo Monteros

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Nota: solo los miembros de este blog pueden publicar comentarios.