Y en plenas vacaciones de invierno para no perder ni el
vicio ni la costumbre pedagógica, bien podemos asistir a las cátedras de los
dos docentes titulares de Netflix: Rita
y Merlí.
Rita
viene de Dinamarca y tiene 4 luminosas temporadas. Merlí viene de Cataluña, de la mismísima Barcelona para ser más
precisos y viene con tres salerosas temporadas.
Y Netflix no es lo único que tienen en común, los dos son
docentes histriónicos que todo alumno desea tener y de los que los colegas y
directivos huyen como de la peste, los colegas porque ponen la vara muy alta y
los directivos porque son de una notable resistencia a las normas
institucionales.
No en vano su
histrionismo es una adolescencia relegada eternamente, defecto/virtud que les
permite comunicarse a las mil maravillas con los alumnos.
Y por esas casualidades de la vida y de los guiones,
ambos tienen un hijo homosexual que les expondrán los límites que creen no
tener y que les regalarán una mirada más amplia de la vida, que una cosa es
suponerse con un hijo homosexual y otra, muy distinta, tenerlo.
Eso sí, por más excepcionales que sean, no serían lo que
son sin alumnos ni colegas, que una escuela es una escuela no solo por los
bancos y los pizarrones. El mapa humano que los alberga es un seleccionado variopinto
de personalidades tan entrañables como coloridas.
Faltar a una clase de estos teachers, más que una rata es
un una insubordinación imperdonable al entretenimiento.
Gustavo Monteros
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