Se supone que lo que veremos pasó. Se supone que atestiguaremos la labor de la agente Maya (Jessica Chastain) gracias a cuya dedicación, constancia y empeño se logró ubicar y matar al hombre más protegido y buscado del planeta o sea Osama bin Laden. Se supone que aceptemos la lógica de trabajo de la CIA. Insisto con que “se supone” porque, salvo las torturas, les creí poco o nada de lo que muestran. No porque se glorifiquen o se autocongratulen sino porque aprendí que con la CIA toda desconfianza es poca. De todas maneras que les crea no tiene ninguna importancia. Lo importante es si lo que cuentan es plausible o entretenido. Plausible, lo que se dice plausible, es. ¿Entretenido?, bueno, ese es otro cantar.
Para empezar la línea argumental es sencilla y exigua. Chica llega y no le gusta la tortura y la estrategia laboral. Chica se acostumbra a la tortura y la estrategia laboral. Chica se equivoca. Chica no se da por vencida. Chica la pega de casualidad o por insistencia. Osama muere. 60 minutos sobrarían para el desarrollo de tal trama. Pero no, inflados de trascendencia e importancia la hacen durar ¡157 minutos! Largos minutos. Y eso que la directora Kathryn Bigelow le pone garra, el elenco se comporta como si interpretara a Shakespeare y el guionista Mark Boal, con la excusa de la ficcionalización, se permite cuanto cliché de películas de acción le viene a la mente. Por ejemplo, si alguien pasa de ser un burócrata a mostrar detalles humanos identificables y simpáticos es porque… lo van a liquidar.
Quizá al público yanqui esta película le dice algo significativo, relevante, clarificador. Al resto del mundo, salvo que justifican la tortura por el bien de Occidente, no sé, creo que no le dice mucho. En cuanto a este espectador en particular no le dice nada, pero nada de nada. Si no me levanté y me fui las 378 veces en que tuve ganas de hacerlo fue por amor a la Chastain. Qué se la va a hacer, la chica me deslumbra. Pero hay amores que no ennoblecen sino que te hacen sentir un idiota. Jessica de mi corazón, no me hagas estas cosas.
En resumen, tres horas sobre un supuesto hecho real, que si hubiera sido ficción pura, sería una película larga y aburrida, que ni enfebrecidos hasta el delirio hubieran nominado para el Óscar. Ah, de lo que podría haber despertado algo de morbo no muestran nada: qué hicieron con el cadáver y por qué. Por ahí dentro de unos años hacen otra película y lo cuentan. Pero, por favor, no pongan a la Chastain, así me salvo de verla.
Un abrazo, Gustavo Monteros
Según pude averiguar el título original Zero dark thirty (Cero oscuro/oscuridad treinta) es jerga militar y se refiere a alguna hora sin especificar antes del amanecer. Y lo eligieron porque el ataque a bin Laden se llevó a cabo entre la medianoche y las dos de la mañana del 2 de mayo de 2011, y se supone que simboliza también el manto de oscuridad y secreto bajo el que se emprendió durante 10 años la misión de localizarlo. Así que no es tan “traidor” el título elegido en español, aunque sin duda La noche más tediosa hubiera sido más fidedigno.
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