jueves, 13 de diciembre de 2018

Legítimo rey


Si alguna vez después de ver Corazón valiente (Braveheart, Mel Gibson, 1995) te preguntaste qué pasó en Escocia después de la derrota de William Wallace a manos del inglés Eduardo II, Legítimo rey (Outlaw King, David Mackenzie, 2018) te da la respuesta. (Bueno, uno se pregunta cada pavada que bien podemos preguntarnos esto…)


Los ingleses exageran en esto de aprovechar la victoria y más temprano que tarde se desata una revuelta, esta vez encabezada por Robert Bruce (Chris Pine).


El escocés Mackenzie que viene descollando desde El joven Adam (2003) excelente film protagonizado por Tilda Swinton, Ewan McGregor y Peter Mullan y que conoció la gloria y la pompa de los Óscars con Sin nada que perder (Hell or High Water, 2016) muy atendible historia de venganza con Jeff Bridges, Chris Pine, Ben Foster y Gil Birmingham como el inolvidable Alberto Parker, se destaca ahora con esta crónica histórica, dirigida con buena rienda y buen ritmo.


Dos cosas descuellan alto, la labor de los actores, la del protagonista Chris Pine (su mejor trabajo hasta la fecha), la delicia que es verlo trabajar y ser muy libre a Aaron Taylor-Johnson (Kick-ass 1 y 2 (2010 y 2013), Mi nombre es John Lennon (2009), Albert Nobbs (2011), Salvajes (2012), Anna Karenina (2012), Animales nocturnos (2016)) y corroborar el talento de Florence Pugh (que nos deslumbrara con Lady Macbeth (2016). La segunda cosa que sobresale es la escena de la batalla. Gracias a los avances técnicos desde Rescatando al soldado Ryan (Steven Spielberg, 1998) las guerras han recuperado horror y ferocidad y evidencian con toda crudeza esas grandes matanzas históricas, a las que el cine aludía más que reflejaba. Ahora no, ya se pueden recrear las peores batallas con todos sus cruentos pormenores. Aquí, por lanzas, caballos y banderines se acerca al magnífico episodio 9 de la temporada 6 de Games of Thrones, La batalla de los bastardos (Miguel Sapochnik, 2016). Tiene esa misma impronta de salvajismo, inmediatez, suciedad, apoteosis.


Legítimo rey puede verse en Netflix.


Ya que abrimos con pregunta, cerramos con pregunta. El título en inglés es casi el opuesto perfecto al título elegido para Brasil y Argentina, outlaw es forajido o sea una traducción apropiada habría sido El rey forajido. El que eligieron para España, se le acerca más: El rey proscripto. Entonces, ¿de dónde saca Netflix la legitimidad? Sabrá Dios y el que decidió “Legítimo”…

Gustavo Monteros 

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