Los
tres chiflados no es, como pudiera esperarse, otra vampirización de
una vieja serie de televisión para que los descerebrados productores puedan
vender toneladas de pochoclos. No, es una carta de amor de los hermanos Bobby y
Peter Farrelly (Tonto y retonto, Loco por
Mary, Irene, yo y mi otro yo, Inseparablemente juntos, Amor ciego) al trío
que alegró sus infancias. Sean Hayes (Will
& Grace) es Larry, Will Sasso es Curly y Chris Diamantopoulos es Moe. En
algún momento se habló de que estos roles pudieran ser cubiertos por Jim
Carrey, Sean Penn, Benicio del Toro o Robert De Niro, pero los Farrelly
prefirieron que tremendas personalidades no se antepusieran a los personajes
del adorado trío. Los voraces productores hubieran preferido lo contrario, no
se necesita ser muy despabilado para suponer que es más fácil vender a Penn o a
De Niro que a Sasso o Diamantopoulos. Como toda carta de amor, pueda que tenga
faltas ortográficas o de sintaxis, aunque nada de eso sea de relevancia a quien
va dirigida.
Para fanáticos y nostálgicos de Los tres chiflados. El resto va por su cuenta y riesgo.
Un abrazo, Gustavo Monteros
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