jueves, 3 de julio de 2014

Oldboy


Oldboy (Spike Lee, 2013) es la remake de Old boy, un film coreano de 2003 dirigido por Chan-wook Park, quien entregara el año pasado la interesante Stoker con Mia Wasikowska, Nicole Kidman y Mathew Goode. No vi la película coreana, lo que es casi una confesión de culpa. Ver una remake yanqui sin haber visto el original es como ver La Gioconda a través de la copia pobre del peor alumno de la clase. A las pruebas me remito, si uno ve Criminal (Gregory Jacobs, 2004) con John C Reilly y Diego Luna sin haber visto el original no podría ni sospechar que se basa en una de las más inteligentes y astutas películas jamás hechas, nuestras gloriosas 9 reinas (Fabián Bielinsky, 2000).


Estos “viejos muchachos”, en una palabra o en dos, se basan en un “manga” de Nobuaki Minegishi. Me permito la digresión de transcribir la definición de Manga según Wikipedia: “Manga (漫画?) es la palabra japonesa para designar a las historietas en general. Fuera de Japón se utiliza tanto para referirse a las historietas de origen japonés como al estilo de dibujo utilizado en el Manga. (…) El manga abarca una amplia variedad de géneros, y llega a públicos diversos. Constituye una parte muy importante del mercado editorial de Japón y motiva múltiples adaptaciones a distintos formatos: series de animación, conocidas como Anime, o de imagen real, películas, videojuegos y novelas. Cada semana o mes se editan nuevas revistas con entregas de cada serie, al más puro estilo del folletín, protagonizadas por héroes cuyas aventuras en algunos casos seducen a los lectores durante años. Desde los años ochenta, han ido conquistando también los mercados occidentales.”


El inicio es atrapante y prometedor. Joe (Josh Brolin) un ejecutivo de publicidad, al que uno no querría de amigo porque es un miserable, es secuestrado y mantenido en cautiverio durante 20 años. Se lo incrimina en un asesinato y un buen día es liberado. Como es natural, lo obseden dos preguntas: ¿quién lo encerró?, y ¿por qué? El desarrollo de la historia se permite unas caídas en el gore (efectos sanguinolentos y mutilaciones varias) estilo Tarantino o Robert Rodríguez. El desenlace, perverso y rebuscado, coquetea con la vieja y querida tragedia griega.


Este film de Spike Lee (Haz lo correcto (1989, Do the right thing), Jungle Fever (1991), Malcolm X (1992), Girl 6 (1996), La hora 25 (2002, 25th Hour), El plan perfecto (2006, Inside Man) se parece más a un ejercicio de estilo, prolijo y un tanto frío, que a un opus para destacar en el currículum. Josh Brolin prueba tener magnetismo estelar suficiente para interesar con un personaje francamente detestable. Michael Imperioli, que pasara a la fama como el mafioso joven de Los Soprano, pone la cara y pasa por caja. Elizabeth Olsen, que tiene con qué, hace de chica linda. Samuel L Jackson luce un vistoso, muy vistoso, vestuario y simula actuar. Sharlto Copley, no sé si con éxito,  procura divertir con su villano.


Después de verla yo me sentí un old boy. Supongo que un joven al llegar el desenlace podría decir: Qué loco. En cambio yo tenía más ganas de decir: Qué al pedo…

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