jueves, 7 de abril de 2016

De ahora y para siempre



Alerta de spoiler


Si bien no voy a contar nada que no aparezca en el tráiler, a los que no les gusta que les adelanten nada del argumento, pueden saltearse un par de párrafos y leer solo las conclusiones, antes de ver la película.


Comienza como una de amor. Chica joven (Ellen Page) conoce a chica madura (Julianne Moore). Hay química. Después de una primera cita con más altibajos que vuelta en montaña rusa, equilibran relación y se van a vivir juntas. Compran casa, consiguen un perro y hasta ratifican su unión con un certificado de hogar compartido o algo así, esos tristes y absurdos sucedáneos que precedieron a la aceptación del matrimonio entre dos personas del mismo sexo.


Sigue como una de enfermedad. Chica madura padece dolores, se hace ver y, shit, le diagnostican una enfermedad terminal. Comienza tratamiento.


Y termina como testimonial. Chica madura que es policía quiere dejarle a chica joven su pensión como herencia. No puede, no están casadas. Compañero de chica madura policía (Michael Shannon) comienza una cruzada para hacer realidad la ambición de su partner, se agencia la ayuda de activista vociferante y desenfadado (Steve Carrell). El consejo municipal que debe decidir la cuestión no quiere sentar un precedente, entonces…


Las tres películas, cuatro en realidad porque al principio hay, como prologo, una policial, que nos muestra lo dedicada que es chica madura, y los buenos compañeros que son con su partner, bueno, todas esas mini películas se refugian bajo el cartel-paraguas que aparece detrás de los créditos de las productoras y distribuidoras al principio-principio, el famoso Basado en hechos reales.


La característica más saliente de esta película es que es prolija, prolija, prolija. Hasta la exasperación. Como en vidriera de mueblería, todo está en su lugar, bonito y ordenadito, pero sin vida. Como la planta de plástico del rincón.


Bah, el problema en realidad es que se basa en un documental que relata las penurias de estas dos mujeres luchadoras, y esta ficcionalización, de tan respetuosa, es medio fría e impersonal. Los buenos modales hacen lindos discursos, pero no arte duradero.


Sin embargo, el arte de los actores la hace atendible. La cámara ama a Ellen Page y hace bien, tiene una manera única de ganarse la atención, es toda una estrella de cine. Julianne Moore es un supermercado de talento, y aprovecha cada papel para desplegar sus ofertas, que no son pocas, lejos de ello. Michael Shannon, como nuestro gran Ricardo Darín, se asimila a los papeles y parece no estar actuando, o que todo le sale muy naturalmente, casi sin esfuerzo, pero que  cuando nos tomamos la molestia de desarmar su actuación vemos que, en realidad, han trabajado con sudor y a conciencia cada aspecto del personaje, sin dejar arista que cubrir. Last but not least, el astuto Steve Carrell, en un personaje que daba para el trazo grueso, la sobreactuación, brinda un ejemplo de contención histriónica, la contradicción de términos es solo aparente.


En resumen, una dolorosa peripecia personal que el guión de Ron Nyswaner (Filadelfia) y la dirección de Peter Sollett intentan opacar, pero que los actores procuran iluminar. ¿Quiénes ganan?, los actores. A veces, el cine, pese a todas las teorías en contrario, se vuelve territorio de actores.


Gustavo Monteros


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