viernes, 26 de julio de 2013

Ladrona de identidades



Sandy Patterson (James Bateman) está en problemas, menos mal, porque si así no fuera, no habría comedia. Sandy puede perder su trabajo, lo que es no es poco ya que será padre por tercera vez, debido a que XX (sabremos su nombre verdadero sólo al final y será a la vez emocionante y cómico)  (la impar Melissa McCarthy) le ha robado su identidad, usa clones de sus tarjetas de crédito y lo ha metido en apremios legales. Como la policía puede hacer poco por problemas jurisdiccionales, al pobre Sandy no le queda otra que ir a buscarla a Florida desde Denver. La encontrará, claro, pero a XX la persigue también una especie de cazador de recompensas y dos asesinos al servicio de un mafioso.

Estamos, entonces, en el viejo tópico de la pajera despareja de la no menos vieja película de caminos, aunque con ingredientes que la hacen peculiar. XX, en fondo y superficie, es una pobre desgraciada y Sandy es un nabo con muchas probabilidades de dejar de serlo. El viaje de regreso será el tiempo de las confesiones y transformaciones.

Ambos saltaron a la fama en la televisión, Jason Bateman en Arrested development y Melissa McCarthy en Mike and Molly. Ella viene de lucirse también en el cine con Damas en guerra. Los dos son grandes comediantes y ultra simpáticos, de modo que verlos juntos es un placer.

Aquí y allá hay unos toquecitos dramáticos que le dan más sabor y humanidad al asunto. Este film de Seth Gordon cae, sin embargo, en el típico mal de la nueva comedia yanqui: es un poco largo y se adentra en mesetas narrativas evitables como la escena del bosque y las serpientes, es hora que la comedia deje a los ofidios en paz. Más allá de estos pequeños reparos y de algunos excesos, la película se sigue con bastante agrado y devuelve con sonrisas el costo de la entrada.
Un abrazo, Gustavo Monteros

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