sábado, 12 de diciembre de 2009

Háblame de la lluvia

Cuenta la leyenda que Alain Resnais (el genial director francés de Hiroshima, mon amour, Providence, Mi tío de América, entre otras) los bautizó Jabac, sigla que une sus dos apellidos. Agnès Jaoui y Jean-Pierre Bacri son un matrimonio bien avenido en la vida y en el arte. Ella es actriz, guionista, directora y cantante de formación clásica. Él es actor y guionista. Para Resnais adaptaron la obra teatral de Alan Ayckbourn Smoking/No smoking y fueron actores y guionistas para su ¿Conoces la canción?


Después se largaron a hacer cine por su cuenta e hicieron la maravillosa El gusto de los otros y la un poco menos maravillosa Como una imagen. Aunque se empeñan en repartir roles, como en el caso de los Coen, se tiende a considerarlos como una unidad creativa indisoluble. Su especialidad es la comedia de costumbres que atisba grandes temas. Digo atisba porque su método de trabajo es sesgado, indirecto. Es como si ante la foto de un paisaje tomaran una lupa, la aplicaran al césped y se pusieran a estudiar las hormigas. Terminan revelando más acerca de las conductas humanas que si enunciaran sesudas tesis doctorales. Su visión es plenamente humanista, no se excluyen y miran el material desde arriba sino que procuran descubrir hasta en ellos mismos las mezquindades, miserias y muertos en el placar que todos tenemos. El humor tierno y conmiserativo que practican los salva de caer en presunciones cínicas o arrogantes. Creen a rajatabla que cuanto más se aboquen a lo mínimo con más claridad se verá lo máximo. Hasta ahora han aplicado su teoría de una manera que sólo ha dado excelentes resultados. Hasta ahora.


En Háblame de la lluvia, Agathe Villanova (Jaoui), una escritora feminista exitosa regresa a su lugar natal en la campiña francesa para ver si se inicia en política. De paso se reencontrará con su hermana menor, Florence (Pascale Arbillot), para resolver cuestiones concernientes con la herencia, puesto que se va a cumplir un año de la muerte de su madre. Le propondrán hacer un documental sobre ella y aceptará. Uno de los documentalistas, Karim (Jamel Debbouze), es hijo de la criada magrebí, Mimouna (Mimouna Hadji), que ha trabajado siempre en la casa y ha sido como una segunda madre para las dos hermanas. El otro cineasta (Bacri) es el amante de Florence, inmersa en una crisis conyugal.


Tales los protagonistas y el entramado principal. Aquí los grandes temas son la discriminación, los prejuicios raciales, el equilibrio de poder en las relaciones de pareja, el adulterio y la violencia de género. Arrancaron como siempre con observaciones detalladas, pero en algún momento algo los desvió y se fueron bien al diablo. Esta vez los grandes temas no surgen de la conducta de los personajes sino que se imponen a ellos, transformándolos en voceros deslenguados y gritones. Y todo resulta siendo obvio, grueso, discursivo, didáctico.


Son gente muy talentosa y hasta en sus errores hay destellos de genio. Algunos detalles son reveladores, hay dialoguitos logrados y la banda sonora es una delicia. Pero seamos claros, por venir de quien viene y por las maravillas que nos dieron, esta película es mala. Lo cual no quita que haya gente que la siga con interés si no le pide mucho. Bah, nada. Los que amen El gusto de los otros, absténganse. Es una completa decepción.

Un abrazo,
Gustavo Monteros

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